Enormes fotografías de naturaleza. Modernas sillas tapizadas. Una pareja de mediana edad se inclina sobre un portapapeles para firmar formularios.
En la convencional sala de espera de una clínica en Memorial Hermann Southwest Hospital, no hay nada que inmediatamente sugiera que esta clínica es revolucionaria. Pero lo es.
Operada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Houston, esta clínica de atención primaria directa en el Southwest Management District hace que los chequeos y las consultas médicas (que cubren hasta el 95 por ciento de las necesidades médicas de los pacientes) sean simples, económicas y rápidamente disponibles para pacientes sin cobertura de seguro médico.
Eliminando a las compañías aseguradoras privadas y a otros participantes del proceso, la clínica en cambio cobra a los clientes una cuota mensual de $60 dólares a cambio de atención primaria ilimitada. Se garantiza que las consultas tendrán lugar en un plazo de 48 horas. La cuota puede pagarse cuando el paciente llame para programar una consulta, y cubre telesalud, procedimientos básicos y bajos costos para medicamentos. Los clientes pueden pagar por un mes o por una cobertura continua. Y todos los residentes de Houston son bienvenidos sin importar su estatus inmigratorio
La colaboración detrás de este proyecto es casi tan poco común como su estructura de pagos. Financiada por un regalo inicial de $1 millón de dólares del Fideicomiso Cullen para la Atención de Salud, esta clínica es atendida por médicos docentes y estudiantes de medicina de la Universidad de Houston. Esto se debe a que la clínica sirve un propósito doble: al mismo tiempo que ofrece acceso a la atención de salud básica para cientos de residentes de Houston marginados, también entrena a una nueva generación de médicos para que ofrezcan atención de salud personalizada e integral, lo que reducirá el número de pacientes no asegurados que requieran de hospitalización.
La escuela de medicina fue fundada en 2019 para atender la escasez de médicos de atención primaria en Texas y para llevar a cabo la misión social de mejorar la salud de comunidades marginadas en todo el estado, empezando por Houston.
“La Escuela de Medicina de UH quiere restaurar a la atención primara como el cimiento de la atención de salud”, dijo el Dr. Stephen Spann, decano fundador de UHCOM, cuando la clínica fue inaugurada en noviembre de 2021. “Estamos construyendo nuestro modelo sobre cuatro pilares: acceso, salud de la población, determinantes sociales de la salud, y relaciones de confianza”.
Basar la atención de salud en estos principios es más que una estrategia filosófica. Es una respuesta a una crisis de salud. El área metropolitana de Houston tiene el índice más alto de residentes no asegurados en el país: alrededor de un cuarto de la población del área carece de seguro médico, ya sea para las enfermedades cotidianas como la gripa y fracturas, o para enfermedades crónicas que alteran la vida, como la diabetes y la presión arterial alta. En el suroeste de Houston, donde una de cada tres personas vive por debajo del nivel federal de pobreza, la tasa de no asegurados es de 45 por ciento, cinco veces más que el promedio nacional.
Este vacío en la atención de salud tiene un costo para toda la comunidad. Entre el 80 y el 95 por ciento de los problemas de los pacientes pueden controlarse a nivel de la atención primaria. Cuando un paciente no recibe dicha atención, los problemas pequeños pueden convertirse en visitas a las salas de emergencias, y los problemas crónicos pueden derivar en una cascada de crisis de salud con largas estancias en hospitales y enormes facturas para individuos y para el gobierno local.
Se requiere de una cuidadosa estrategia e inversiones para cambiar un sistema con defectos. Una táctica importante: simplificar el acceso de muchos residentes de Houston que no tienen seguro médico. Esa porción de la población incluye a miles de residentes de Houston que posiblemente son dueños de sus negocios y quieren tener seguro médico, pero no califican a Medicaid, Medicare o al mercado de seguros médicos debido a su estatus inmigratorio.
Otros candidatos para la clínica pueden ser ciudadanos estadounidenses que son elegibles para estos programas, pero que solo pueden pagar planes con deducibles altos, o que están atorados con atención poco consistente y no efectiva cuando los proveedores se salen de la red.
Roberto Johnson, de 60 años, cayó en la última categoría. Un consultor técnico autoempleado en la transmisión en tiempo real de servicios religiosos, Johnson había sido meticuloso controlando su diabetes tipo 1. Había estado asegurado por la mayor parte de tres décadas hasta que se mudó a Houston de Chicago.
“He tenido Obamacare, Trumpcare y Bidencare”, dijo. Pero frecuentemente en años recientes sus proveedores de servicios de salud se han salido de las redes gubernamentales dejando a Johnson sin atención de salud mientras busca a un nuevo doctor. Durante estos vacíos de tratamiento, Johnson ha tenido que pasar tiempo sin monitoreo profesional, mientras busca un doctor de remplazo.
“En un par de ocasiones no pude obtener mi insulina. Sin ella, el cuerpo empieza a deteriorarse”, agregó.
Pero incluso con un proveedor de salud consistente, Johnson ha sido siempre proactivo sobre su diabetes. Entonces, cuando escuchó sobre la apertura de la clínica de atención primaria en un programa de televisión local, llamó inmediatamente. La clínica le dio una cita al instante.
Por $60 dólares, Johnson obtuvo una cita inicial, citas adicionales el mismo mes para verificar su condición y, de igual importancia desde su punto de vista, extensas conversaciones con su doctor para crear un plan general para el control de su enfermedad.
“El doctor se tomó su tiempo”, indicó Johnson. “Pensé que era poco común. Quieren ver, uno a uno, cómo manejas tu propio cuidado. El doctor luego me dijo algunas cosas que debía hacer: me recomendó unas vitaminas y nuevas técnicas”.
Johnson, en cambio, propuso un cambio con base en su propia investigación: un nuevo medicamento, disponible en Wal-Mart, que puede reducir sus facturas mensuales de $1,000 dólares para la insulina.
En otros consultorios, indicó Johnson, los doctores parecen sugerir nuevos medicamentos con base en no mucho más que una visita del representante farmacéutico. En la clínica UH, explicó, su doctor escuchó con atención al argumento económico de Johnson para la nueva medicina, y estuvo de acuerdo en que valía la pena.
“Tomé la iniciativa”, dijo Johnson sobre el régimen que diseñó junto con su doctor. El resultado fue impresionante. En un plazo de 30 a 40 días, los niveles de azúcar en su sangre bajaron drásticamente. Sus pagos por el medicamento se redujo en casi dos tercios. Desde entonces, dijo Johnson, “he estado pasando la voz”.
Resultados como este son la razón por la cual UHCOM prioriza enseñar a los estudiantes la manera de brindar atención primaria personalizada para sus pacientes marginalizados.
“Estudios han demostrado que las consultas extendidas resultan en una atención de más alta calidad”, dijo la doctora María Colon-Gonzalez, médico principal de la clínica. “Cuando los estudiantes vienen aquí, no solo aprenden medicina, aprenden habilidades médicas internas”, como escuchar cuidadosamente y realizar exámenes integrales.
Especialmente al enfrentar enfermedades crónicas, como la diabetes, dijo Gonzales, los pacientes necesitan una relación continua con un médico que los conozca, una sociedad continua como la que benefició a Roberto Johnson.
“Hay una línea muy delgada entre las elecciones de estilo de vida y el estilo de vida impuesto”, indicó Colon-Gonzalez. Ella aprendió de primera mano creciendo diabética en Puerto Rico donde los alimentos de las familias estaban centrados en frijoles y arroz. Contar con una buena dieta para su enfermedad en ese entorno fue un proceso gradual.
De la misma forma, dijo, “no puedo recomendar, ‘usted necesita ir al gimnasio’ si eso no es posible, o ‘tiene que ir a correr todas las mañanas’ si alguien viven en un vecindario inseguro”.
En cambio, pregunta, Colon-Gonzalez, “¿cómo podemos ofrecer orientación en el contexto de la vida del paciente? Yo oriento al paciente para que haga los cambios para los cuales está listo”.
Con la clínica de atención primaria UHCOM, más residentes de Houston pueden obtener ese tipo de atención, y una nueva generación de doctores aprenderá a ofrecerla.
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— Traducción por Elena Vega